Si tu piel tiene poros dilatados y exceso de brillo y sebo poco después de la limpieza, y empeora a lo largo del día, este artículo es para ti.
Sí, tu piel grasa puede no ser perfecta, pero con una rutina adecuada y personalizada podrás controlar y mejorar el aspecto de tu rostro.
No te creas si te hablan de productos para cerrar los poros, no es posible ni deseable eliminar por completo la producción de sebo, ya que protege la piel de la deshidratación y participa en la barrera que impide la entrada de microorganismos nocivos.
Sí, podemos reducir el aspecto dilatado de los poros y controlar la producción excesiva de sebo, lo que previene la formación de granos (comedones cerrados) y puntos negros (comedones abiertos), mientras aplicamos ingredientes matificantes, por ejemplo a base de polvos para controlar los brillos exagerados. .
Las tres etapas en el cuidado de este tipo de piel, que realmente no puedes descuidar son:
- Limpieza
Una buena higiene facial mantiene la piel más sana, ya que elimina impurezas y microorganismos y permite una mejor penetración y eficacia de los productos aplicados posteriormente.
¡La elección del producto a utilizar puede ir de acuerdo con sus gustos o hábitos personales! Si te gusta limpiar tu rostro con agua, puedes optar por jabones, geles limpiadores o espumas. Si no te gusta lavarte con agua, puedes optar por el agua micelar, la mejor manera de usarla es empapándola en una compresa o algodón.
El agua siempre debe ser templada o tibia, ya que el agua fría no limpia tan bien y el agua caliente puede irritar e incluso resecar el rostro. Se debe limpiar sin frotar y con pequeños toques suaves.
Puede ser ventajoso hacer una doble limpieza, combinando varios productos, a menos que tu piel sea muy sensible.
No es recomendable realizar la higiene de la piel más de dos veces al día, mañana y noche.
Productos de limpieza con aclarado sugeridos:
Los tónicos o los sueros son opcionales, pero pueden ser útiles si incluyen ingredientes que pueden mejorar el estado actual de la piel, como astringentes, antiinflamatorios (niacinamida) o exfoliantes (ácido glicólico). Permiten añadir un paso más en una formulación libre de grasas, que no interfiere en la aplicación del resto de productos a utilizar.
Es muy importante incluir un exfoliante exfoliante o una mascarilla exfoliante, ya que hacen una limpieza más profunda y aceleran la renovación de la piel.
En general, se deben usar de 1 a 2 veces por semana.
2. Hidratación
Sí, has leído bien, ¡la piel grasa también necesita hidratación!
La hidratación tiene que ver con la retención de agua en la piel y no con el aceite que contiene. Así, las pieles grasas (con exceso de sebo) pueden estar deshidratadas (con falta de agua) al igual que las pieles secas (con falta de grasa) pueden estar bien hidratadas (sin falta de agua).
Elige texturas más fluidas y menos grasas (las “oil free”), que pueden incluir polvos con efecto mate para un acabado “dry touch”.
A continuación, debe aplicar una crema hidratante dos veces al día.
Por la mañana , puedes optar por una crema hidratante con factor de protección solar (FPS), nunca inferior a 30, para evitar demasiadas capas de productos en el rostro.
Si optas por una crema hidratante sin protección solar, como las siguientes, ¡no olvides el siguiente paso!
Útiles, aunque no imprescindibles, son las formulaciones con polvos para aplicar con las brochas incluidas y que puedes utilizar durante el día y en cualquier lugar para controlar la oleosidad de tu piel. Incluso existen versiones con filtro solar incluido, lo que te permite reforzar la protección solar de tu piel varias veces al día.
3. Protección solar
El protector solar debe aplicarse como último paso en una rutina de cuidado de la piel o antes del maquillaje, si se usa.
Es fundamental para mantener la salud y la belleza de la piel, previniendo enfermedades como el cáncer, las queratosis actínicas, el envejecimiento prematuro de la piel con la formación de líneas finas y arrugas e incluso manchas de pigmentación.
¡A menudo decimos que el protector solar es la mejor crema antiarrugas!
Casi todas las formulaciones actuales contienen antioxidantes para combatir la contaminación y el daño del ADN de la piel.
Como en el caso de las cremas hidratantes, debes preferir texturas más fluidas, menos grasas (“oil-free”) y con acción matificante.
En el caso de los protectores solares con color, los pigmentos brindan una protección adicional contra las radiaciones y pueden ayudar a nivelar y disimular imperfecciones, aunque normalmente no tienen el poder cubriente de una base de maquillaje.
En este caso, debes prestar atención a la cantidad que aplicas. ¡A menudo hay una tendencia a aplicar una cantidad menor de protector solar cuando tienes color!
Ahora que ya sabes qué pasos seguir en el camino hacia una piel más bella, sana y equilibrada, hablemos de lo que NO DEBES HACER :
- Usar cosméticos (cremas, maquillajes, fotoprotectores) con mucha grasa, lo que puede provocar un aumento de la oleosidad y la aparición de imperfecciones y acné.
- No lavar o higienizar regularmente esponjas, brochas y otros aplicadores de maquillaje, aumentando la acumulación de grasa y residuos y la proliferación de hongos y otros microorganismos implicados en enfermedades de la piel como el acné. Tampoco debes compartir tus utensilios.
- Abusar del uso de exfoliantes, irritando la piel.
- No limpiar ni desmaquillar antes de aplicar los productos, lo que contribuye a la obstrucción de los poros y a la ineficacia de los demás productos aplicados posteriormente.
- Tener rutinas con demasiados productos o pasos, lo que puede contribuir al aumento de la oleosidad. Preferir la sencillez o cambiar unos productos por otros de texturas menos grasas, como un sérum por un tónico, siempre que tengan ingredientes y efectos similares.
- Usa “mesas caseras”. La industria cosmética está altamente regulada y sujeta a un estricto control microbiológico. El objetivo de las marcas es desarrollar productos que cumplan los objetivos y satisfagan a los consumidores, cada vez más exigentes . Las soluciones caseras no solo pueden no tener el efecto deseado, sino todo lo contrario.
- Espere milagros, sin dejar tiempo para que los productos revelen su eficacia.
Ahora que ya sabes cómo cuidar la piel grasa a diario, sigue esta rutina y verás fantásticos resultados. ¡Tu piel te lo agradece!