La terapia de calor alivia la tensión muscular, por lo que está especialmente recomendada en casos de lumbalgia, ciática, rigidez articular o dolores musculares y reumáticos.
La terapia de frío, a su vez, bloquea la inflamación, por lo que es adecuada en casos de pequeños hematomas y traumatismos agudos, distensiones y esguinces musculares, quemaduras, hemorragias, infecciones de la piel, picaduras de insectos, dolores de cabeza y de muelas.

Una formulación en gel que no se congela, y se adapta a la parte del cuerpo donde se aplica, sin deslizarse al moverse. Además de la facilidad de uso: para aplicación en caliente, calentar en agua hirviendo o en el microondas. Para la terapia de frío, colóquelo en el congelador antes de aplicarlo en su cuerpo.