Dermatitis atópica, cómo cuidar tu piel y detener el picor

La dermatitis atópica o eczema atópico es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel de carácter genético que no es contagiosa.

Aparece entre el 10 y el 20% de los niños y se manifiesta con irritación de la piel y picor frecuente que afecta no sólo a la calidad de vida y el sueño de los niños, sino también a la de los adultos que conviven con ella.

Aunque aparece con frecuencia en bebés y niños , los síntomas generalmente mejoran a medida que crecen, pero puede persistir o incluso aparecer en la adolescencia o edad adulta.

En este artículo hablaremos de qué hacer para aliviar los síntomas y prevenir las crisis mediante medidas sencillas y productos especialmente formulados para pieles atópicas.

1. ¿QUÉ ES LA DERMATITIS ATOPICA?

Se desconoce la causa exacta de la dermatitis atópica, pero se cree que es el resultado de factores genéticos, inmunológicos y ambientales .
Existe una respuesta anormal y exagerada del sistema inmunológico ante agentes externos, lo que deriva en picazón, enrojecimiento y erupciones cutáneas que pueden convertirse en grietas por el rascado repetido.

La piel atópica es más seca y sensible y presenta una barrera cutánea ineficaz debido a una insuficiente película hidrolipídica (emulsión lípido/agua), no cumpliendo eficazmente su función de defensa frente a agentes externos. Es más permeable , no aislando eficazmente las sustancias que entran en contacto con la piel, como alérgenos, polvo, sustancias irritantes e incluso microorganismos que provocan infecciones.

También hay una mayor pérdida de agua transepidérmica con la deshidratación de la piel.

En muchos casos también se observan cambios en la flora cutánea normal y en el microbioma intestinal.

Las personas con dermatitis atópica tienen una predisposición genética a desarrollar alergias, asma y rinitis alérgica y, por lo tanto, puede ser necesario consultar a un inmunoalergólogo además de a un dermatólogo o pediatra.

Se piensa que la prevalencia en las zonas urbanas se debe a factores ambientales como contaminantes , una dieta desequilibrada con poca fibra y mucha grasa y azúcar , con disbiosis intestinal (cambio en la flora gástrica normal). En estos casos,  Puede resultar útil tomar un probiótico para restaurar la flora intestinal.

2.SÍNTOMAS

En general, la piel está seca, áspera y escamosa.

En los niños , se caracteriza por:

  • Frecuente picazón en la piel , enrojecimiento y lesiones (escamas y costras), que en la cara suelen localizarse principalmente en las mejillas y párpados , y, en el cuerpo, las zonas más afectadas suelen ser las zonas flexoras (pliegues) de los brazos y piernas.
  • También puede producirse descamación y agrietamiento como resultado del rascado y la infección resultante.


En los adultos , las lesiones se localizan mayoritariamente en manos y pies , en las zonas flexibles de las extremidades y en la región cervical con piel más gruesa, áspera y oscura.

Las crisis pueden ser desencadenadas por agentes externos como detergentes y agentes químicos irritantes, lavado frecuente de manos, cambios bruscos de temperatura, sudoración intensa, estrés emocional.

En los casos más graves, las lesiones pueden afectar a casi toda la cara y el cuerpo.

3. CUIDADO BÁSICO Y AMBIENTAL

Aunque no existe forma de prevenir la dermatitis atópica, se pueden tomar algunas medidas para ayudar a controlar los síntomas y evitar los brotes.

A continuación se ofrecen algunos consejos:

  • Date una ducha rápida con agua tibia y utilizando agentes limpiadores suaves, antideslizantes y sin perfume, específicos para pieles atópicas.  Un ejemplo son los aceites de ducha. Se deben aplicar con las manos y no utilizar guantes de baño ni esponjas para frotar la piel. Secar suavemente la piel con una toalla suave de algodón, sin frotar.
  • Dúchese inmediatamente después de la actividad física para evitar la irritación por el sudor .
  • Mantener las uñas de bebés y niños bien cortadas y limpias para evitar infecciones microbianas secundarias al rascado. Si es necesario, puedes colocar asas en las manos del bebé.
  • La ropa que entra en contacto con la piel, como ropa interior, camisetas y ropa de cama, debe estar confeccionada con fibras naturales como el algodón o el lino. Elige ropa holgada, cómoda para evitar roces y transpirable para evitar la sudoración excesiva, se debe enjuagar bien después del lavado para eliminar los restos de detergente y no utilizar suavizantes ya que contienen perfume. Puedes optar por detergentes específicos para pieles sensibles como los de Chicco.
  • El exceso de calor y los cambios bruscos de temperatura pueden empeorar la condición y por ello, las habitaciones deben mantenerse a una temperatura agradable, pero no demasiado caliente (máximo 18 grados).
  • Los ácaros del polvo y el polvo también son factores que empeoran los síntomas, por lo que debes mantener tu casa, especialmente tus habitaciones, bien ventiladas y quitar cortinas, alfombras, moquetas y peluches y aspirar con regularidad.
  • El pelo y las plumas de los animales también pueden empeorar los síntomas y hacer que los ataques sean más frecuentes.
  • Utilice guantes cuando realice las tareas del hogar para protegerse de la acción irritante de los detergentes y la lejía y opte por productos de limpieza suaves siempre que sea posible.
  • En el caso de los adultos, el estrés puede desencadenar brotes, por lo que técnicas de relajación o meditación pueden ser útiles para bajar sus niveles.

La primera línea de tratamiento no deben ser los corticoides, sino emolientes que ayuden a reponer la barrera cutánea y a mantener su función de aislamiento y protección.

- Los emolientes deben aplicarse en todo el cuerpo y rostro inmediatamente después del baño y, con la piel aún un poco húmeda para mantener la hidratación cutánea, al menos una vez al día. Opta por gamas formuladas para pieles atópicas, sin perfume y minimalistas, formuladas para minimizar el riesgo de irritación.  Reponen la grasa de la piel, reducen la deshidratación y además contienen sustancias calmantes y calmantes para calmar la irritación y el picor. Vienen en diversas presentaciones, como leches, cremas y bálsamos, que son fáciles de untar.

Puede ser necesario reaplicarlos durante el día, especialmente en las manos y la cara, que están más sujetas a lavados frecuentes y agresiones externas. Deben estar siempre a mano (en la mochila del colegio, en la bolsa de deporte, en el bolso de señora, en la mesita de noche). Puedes utilizar cremas y sprays de manos con acción calmante y agua termal antes de aplicar la crema, que penetrará más fácilmente en la piel humedecida.

Se deben preferir los cosméticos para pieles atópicas porque están formulados específicamente para responder a las necesidades de la piel y respetar su sensibilidad.

  • Hipoalergénico (formulado para reducir la aparición de una reacción alérgica).
  • Sin perfumes.
  • Con conservantes mínimos (algunos en envases airless) y fórmulas minimalistas.
  • Suave y con ingredientes calmantes como manzanilla, avena coloidal.
  • Nutritivo con glicerina, manteca de karité, ácido hialurónico, ceramidas.

No se olvide:

Es importante consultar a un profesional sanitario para un diagnóstico adecuado y pautas de tratamiento específicas, ya que el tratamiento de la piel atópica se puede ajustar según las necesidades y el grado de la enfermedad.

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